George ¿por qué no te cambias de sexo?

 George ¿por qué no te cambias de sexo?

 

 Recuerdo una conversación que tuve con un compañero de clases, en la cafetería de mi hospital, mientras estudiaba el último año de la carrera de Medicina en Caracas. Éramos adultos, muy jóvenes, en 1974, pero habíamos hecho todo el recorrido de 7 años. ¡” Cuasi médicos”! Mi amigo me contó que la noche anterior había tenido un encuentro “increíble”. Conquistó a una muchacha “buena mozota”, en una discoteca y se la llevó a un motel. Comenzaron los escarceos sexuales y a desvestirse poco a poco. Llegado el momento de quitarse la ropa interior, la muchacha puso resistencia. Y mucha. Pero accedió. Y ¡sorpresa!, estaba enfrente de un varón… Guao. ¿Cómo no te diste cuenta? ¿Su constitución? ¿El tamaño de sus manos? ¿La musculatura, el ancho de sus hombros? ¿Las caderas? ¿Y el bulto delantero? A pesar de tener conocimientos médicos suficientes, no se dio cuenta de nada. No había, en aquella época, muchos tratamientos hormonales, ¡o ninguno! Llevaba los genitales masculinos, pene y testículos, escondidos, sujetados desde y hacia atrás, entre los muslos, con una cinta muy pequeña amarrada a un delgado cinturón. Simular los senos siempre, creo, es más fácil. Faltó poco para que ese “encuentro” terminara en violencia. Privó la razón y abandonó el lugar corriendo. Por cierto, mi amigo se asimiló como oficial del ejército, recién nos graduamos…

 

Han pasado 50 años y no me olvido de aquella conversación. Era un tema difícil, y más hoy en día. La diversidad sexual está presente desde la existencia misma del ser humano. La civilización sumeria en Mesopotamia, 4500 ac, dejó registros en “cuneiforme”, sobre la homosexualidad. Lo que ha evolucionado es la actitud hacia ella, la tolerancia, siempre dependiendo del momento histórico. Recientemente han aparecido nuevas “opciones” de identidad sexual…

 

La comunidad LGBTQ+ es muy diversa. Está discriminada y brega por sus derechos (que son merecidos). Está formada por personas que no se identifican con la “heteronormatividad” social, que normalmente privilegia a la heterosexualidad. Por razones obvias (no se sabe cuántos siguen en el closet), es difícil precisar su tamaño. Encuestas serias estiman que abarcan entre el 5 y 10 % de la población mundial. En ella están incluidos los que tienen una orientación sexual y/o una identidad de género, distinta de la que se les asignó al nacer. Porque ambas cosas no son lo mismo. Las “Lesbianas” y los “Gays” tienen una orientación sexual referida a la atracción física y emocional hacia personas de su mismo sexo. Los Bisexuales la tienen por hombres y mujeres por igual. La parte más complicada son los Trans...

 

Los Transgénero son personas cuya identidad, expresión o conducta, no corresponden con el sexo biológico con el que nacieron. Son los que se sienten mujeres en un cuerpo de hombre y viceversa. Representan alrededor (siempre aproximado) del 0,5 % de la población mundial. Son 40 millones de personas. De ellas, sólo el 40 % buscan atención médica para alinearse con su identidad de género. Constituyen el subgrupo de los Transexuales, también llamados “Trans”. El 80 % reciben únicamente tratamientos hormonales y el 20 % restante terminan en cirugía…

 

Los Transexuales a su vez, pueden tener orientaciones sexuales distintas. Pueden ser heterosexuales o, la mujer transgénero que puede sentir atracción sexual hacia otras mujeres que la convierte en lesbiana. También los hombres transgénero que gustan de otros hombres y se identifican como homosexuales. El tema es complicado (y faltan los “Q+”). Son “aguas profundas”. Yo no soy sociólogo ni psicólogo o psiquiatra, ni endocrinólogo, tampoco cirujano plástico, ni urólogo o ginecólogo, solo soy un sencillo cirujano general retirado, genuino admirador del arte de la cirugía, la del cambio del ser humano, de sus funciones y de sus formas… Y a eso voy.

 

Habiendo vivido poco más de 70 años, y ejercido la cirugía por 45, me he topado con muchos “Gays” de ambos sexos, tanto en mi práctica médica como fuera de ella. Muy pocos “Trans”. Un par en mi entorno social cercano, operados. Un hombre y una mujer. El aspecto externo de ellos era, y es increíble. De no conocerlos antes de sus operaciones, jamás hubiera pensado que eran Transexuales…

 

“La cirugía plástica no trata sobre la perfección, sino sobre la confianza y comodidad en tu propia piel” …Expresión común entre los plásticos, que aquí aplica 

 

Lili Elbe

 

Einar Magnus Andreas Wegener era pintor. Nació en una población rural de Dinamarca, el 28 de diciembre de 1882. Tenía una complexión delgada, rostro ovalado con pómulos suaves y una nariz delicada, que, junto a sus bien delineadas piernas, lo hacían lucir muy “femenino”. Más de uno pensó que era una mujer vestida de hombre. Asistió a la Academia Danesa de Bellas Artes en Copenhague, donde conoció a Gerda Gottlieb, su compañera de clase. Se casaron en 1904. Él tenía 21 años y ella 19. Einar se convirtió en paisajista, alcanzando cierto éxito exhibiendo en museos y ganando algunos premios. Gerda, conocida por su apellido de casada, Wegener, se dedicó a las ilustraciones de revistas de moda femenina. Fue una gran artista del Art Deco, y muy famosa.

 

Transcurría una tarde en 1912, en la que Gerda esperaba a una modelo que utilizaba para pintar un retrato. La modelo no apareció. Por sugerencia de una amiga actriz, Anna Larsen, presente ese día en su estudio, Gerda le pidió a Einar, su “liviano” esposo, que posara vestido de mujer. Al principio se resistió. Pero finalmente se puso sus tacones, medias y ropa femenina. Posó para su esposa. Las dos amigas lo llamaron jocosamente “Lili”. Y “Lili” se quedó. Y, por los años siguientes, como modelo también. “Disfruté vistiendo ese disfraz”, “desde el primer momento me sentí como en casa dentro de ese atuendo”, escribiría años más tarde. 

 

A finales de 1912 se mudaron a Paris, y allí siempre fue Lili. Vestida de mujer, asistían a eventos sociales. Gerda la presentaba como la prima de su esposo. Ella era su cómplice y mayor defensora. El peculiar matrimonio continuó por 15 años. El conflicto de identidad de Einar se intensificó, cayendo en depresiones frecuentes. Los médicos de la época la diagnosticaron como “histérica” y homosexual. En 1930 fue atendida en Berlín, por el doctor Magnus Hirschfeld, médico sexólogo, judío y homosexual, padre de la teoría de “los intermedios sexuales”, que estaba dispuesto a ayudar individuos, a “convertirse”, más allá de la mera apariencia, en personas de otro sexo. Los llamó Transexuales. Lili fue su primera paciente…

 

En abril de 1930, Lili, con 47 años de edad, fue operada en Dresden por el doctor Kurt Warnekros. Le practicaron una extirpación completa de los órganos genitales masculinos (pene y testículos). En medio de la conmoción pública en Dinamarca, el Rey Christian X, anuló el matrimonio con Gerda y legalizó su cambio de identidad. Adoptó el apellido Elba por el río que atraviesa Dresden. Posteriormente le implantaron en el abdomen dos ovarios de una mujer joven, que fueron rechazados y resecados en una reintervención. En junio de 1931, de manera experimental, le trasplantaron un útero y le construyeron una neovagina. Por complicaciones debidas a la presencia de un órgano extraño (no existían drogas anti-rechazo), falleció por una sepsis, el 3 de septiembre de 1931. Lili Elbe fue la primera transexual, operada para cambiar su sexo. Su atracción permanente hacia los hombres trazó la línea entre la orientación sexual y la disforia de género. Fue el primer transgénero conocido.

 

La Cirugía (casi 100 años después)

 

En el siglo XXI se le llama “Cirugía de reasignación de sexo” y el proceso es complicado. Los médicos que lean esto lo entenderán y los legos, “de cualquier sexo”, que le pongan imaginación. Son varias etapas. Los candidatos a cambiarse de hombre a mujer pasan por una evaluación médica integral y psicológica, sobretodo de acompañamiento en el proceso de transición. Idealmente deben recibir tratamiento hormonal “feminizante” por 6 a 8 meses previos a la intervención. Y luego “las” cirugías… 

 

Todo comienza por la reconstrucción genital. Ojo, primero son necesarias depilaciones mediante electrólisis y/o láser en el área del pene y el escroto, que pueden durar meses, que es la piel que se usa para construir la nueva vagina (vaginoplastia). Algunos cirujanos practican las resecciones de los testículos (orquidectomías) de forma ambulatoria, antes de la vaginoplastia, para potenciar la feminización hormonal.

 

La gran cirugía es la creación de la vulva y la vagina. Se hace una incisión por el rafe medio del escroto y se resecan los testículos (si los tienen todavía). Luego se corta el pene (falectomía) retrayendo la piel (la “cáscara”) y conservándola. El glande se preserva con su pedículo vásculo nervioso para retener su sensibilidad, que luego hará las funciones del clítoris. La uretra junto con el nuevo clítoris (el glande), se reinserta en el tubo de piel remanente, del pene. El cirujano corta el periné, piso externo de la pelvis, entre la raíz del escroto, hasta poco antes del orificio anal. Por ahí, con el dedo, va creando un pequeño túnel, oblicuo, por delante del recto, hasta tocar la punta del hueso sacro. Allí fijan el cilindro de piel, la “nueva vagina”, pero invertido, como una “media”, de manera que la piel queda hacia adentro (por eso la depilación). Los bordes del escroto sobrante, de ambos lados, se suturan alrededor del nuevo orificio, para configurar la vulva con sus labios mayores y menores.

 

Los pacientes salen con drenajes, una sonda urinaria por varios días, y un dilatador vaginal colocado permanentemente (de lo contrario se ocluye). Una semana de hospitalización y dos a tres meses para su recuperación total (ruda la cosa). Requerirán de dilataciones vaginales diarias, intermitentes, de por vida.

 

Sus complicaciones postoperatorias llegan al 5 % de los casos, que van desde una infección, fístulas rectales, hasta una embolía pulmonar. Ahh, pero todavía faltan los procedimientos de feminización facial, remodelar el mentón, la mandíbula, los pómulos, los arcos superciliares, y ¡la nariz!  Podar la “Nuez de Adán” del cuello y estirar las cuerdas vocales para agudizar la voz. ¿Y los pechos? Hay que colocar expansores de piel para luego retirarlos e insertar prótesis mamarias. También una liposucción por aquí y por allá, para terminar de contornear el cuerpo. Es un proceso doloroso, largo, complejo y difícil… Pero hay quienes están dispuestos a transitarlo.

 

Julieta

 

En el año 2008 atendí en mi consultorio a Julieta, una paciente obesa que venía en procura de una cirugía para perder peso (Bypass Gástrico). Habían transcurrido casi 35 años de la conversación en la cafetería del hospital con mi compañero de clase. Ya era veterano, noté algo raro en su aspecto. Era una mujer joven, de 32 años, pesaba 97 kg y medía 1,69 mts de estatura, de complexión musculosa, piel gruesa, algo “vellosa” sobretodo en la cara. Tenía el cabello ralo con áreas de calvicie incipiente. Ya sentada frente a mí, vi que en su cédula de identidad llevaba otro nombre, ¡Bernardo! (en Venezuela no existía la posibilidad de un cambio legal de identidad ni de sexo). Con un tono de voz “grave”, me contó su historia. La típica. Venía del interior del país, incomprendida desde su infancia y que, a pesar de la discriminación, alcanzó una educación universitaria. Inspiraba una sensación de sufrimiento mezclada con el éxito de una faena por terminar. En total control de su vida decidió cambiar. Había viajado a Ecuador 3 meses antes en donde le practicaron una “Cirugía de reasignación de sexo”, de hombre a mujer.

 

Calcularle el peso ideal a Julieta no fue fácil. No es igual una mujer a un varón con la misma edad y estatura. Los hombres son más pesados. De haber comenzado su tratamiento hormonal antes de la pubertad, sí sería equivalente a una mujer, tal como lo consideran actualmente algunas entidades deportivas. Su índice de masa corporal era de 34 ks/m2, “border line” para someterse a una operación. Pero el exceso de tejido adiposo conduce a un aumento de hormonas masculinas y eso, además de los problemas relacionados con la obesidad, no ayudaba en su “feminización”.  Programamos un Bypass Gástrico. Llevaba su dilatador permanentemente colocado en su nueva vagina, que por razones de “conducción de electricidad”, que normalmente usamos durante la cirugía para controlar sangramientos, había que quitárselo antes de comenzar la operación.

 

El día pautado, ya en la mesa operatoria, bajo anestesia general, la colocamos en posición ginecológica para retirarle el dilatador vaginal. Y la vimos. ¡Quedamos impresionados! El aspecto de sus genitales femeninos, la vulva, la vagina, eran idénticos a los de una mujer “biológica”, ¡lucían perfectamente normales! Le practicamos un Bypass Gástrico por laparoscopia. Dos horas más tarde, ella sola, ya despierta, se recolocó el dilatador vaginal. A las 48 horas la dimos de alta del hospital. Vino a su primer control médico a los 3 meses de su postoperatorio pesando 84 kg, en excelentes condiciones nutricionales. Había perdido 13 kg, lucía más fresca, más femenina, estaba feliz. Me dio un abrazo y un beso como muestra de gratitud. Confieso que, en ese momento, no la reconocí. Más nunca supimos de ella…

 

Kitara

 

Los travestis son personas que se visten de acuerdo a su sexo opuesto. Se consideran parte del espectro “Trans”. No necesariamente son homosexuales. Su expresión máxima y artística son los “Drags” (de “arrastrar” o también Dressed As a Girl). Los “Drag Queens” son hombres vestidos de mujer que exageran su vestimenta, peinados y maquillajes. Actores del vodevil y el burlesque desde el siglo XIX. Son los más populares (porque también hay “Drag Kings”). Hoy en día existen festivales en las grandes urbes, con desfiles de modas y diversas competencias. “Kitara” participó en un concurso de belleza como “Drag Queen”, en Brasil, en el año 2008. Tenía 21 años. Pero primero, con 18, perdió el Miss Gay de Rio de Janeiro en el 2005. “Kitara” es el alter ego de George Santos, como diríamos en venezolano, “su nombre artístico”. Este travesti de Río de Janeiro, se convirtió en congresista REPUBLICANO, que representan valores conservadores, por el distrito 3 (Long Island) del Estado de Nueva York, en su segundo intento, en el año 2022, ¡a los 34 años de edad! Además, ese escaño llevaba 23 años en manos demócratas. Increíble. Todo un personaje…

 

Los políticos mienten con frecuencia, pero George se pasó de la raya. Además de esconder su pasado, aunque es gay abierto y casado (dijo él), le puso color a su currículum. Para no decir que se lo inventó completo. “Se graduó en Baruch College con un MBA en NYU”, “financista e inversionista exitoso en Wall Street tras una carrera como empleado de Citigroup y Goldman Sachs”, “judío, nieto de sobrevivientes del Holocausto, ucranianos”, “su madre falleció el 9/11 en una de las torres gemelas”, “tumor cerebral tratado con radioterapia”, “filántropo”, ¡toda una estrella! Pero puras mentiras…

 

George Santos es hijo de Fátima Devolder y Gercino dos Santos. Ambos católicos. Ella empleada doméstica y él, pintor de casas. Originarios de Brasil, migraron a la Florida en 1985 y luego a New York en donde nació George, en Queens, en 1988. Vivieron en un barrio pobre de Jackson Heights. En 1998 de separaron y Fátima regresó a Minas Gerais en Brasil y George, eventualmente, se mudó con ella (y por allí sigue). Completó sólo su educación intermedia en Queens y tiene un Certificado de Equivalencia de la Escuela Secundaria. Es sin duda un hombre inteligente, mitómano consagrado, y aunque no se crea, tiene un discurso coherente con su partido político (lo he visto). Una gran performance, pero el New York Times lo desenmascaró. El 2 de diciembre lo botaron del Congreso (los demócratas recién recuperaron su escaño). Tiene pendiente 23 cargos federales por robo, fraude y robo de identidad. Pero también ¡un documental! HBO adquirió los derechos sobre un libro publicado en noviembre pasado, titulado “The Fabulist : The Lying, Hustling, Grifting, Stealing, and Very American Legend of George Santos”. “Soy más famoso que el día que asumí el escaño” escribió en la red social X esta semana. Por cierto, George tiene una clara orientación sexual como “Gay”, se ve aparentemente cómodo en su cuerpo de varón, no aparenta ser un transgénero. No parece necesitar una “Cirugía de reasignación de sexo” …

 

Aclaratorias

 

De acuerdo con Galileo, “cuando la realidad contradice una idea preconcebida, quien tiene la razón es la realidad”. La comunidad LGBTQ+ existe y son personas que tienen los mismos derechos que el resto de la población mundial. La “Cirugía de reasignación de sexo” es una opción de tratamiento para aquellos que tienen una tan profunda incomodidad con el género con el que nacieron, que compromete su calidad de vida. Se practica libremente en el hemisferio occidental incluyendo Latinoamérica. Está prohibida en países con mayoría musulmana. El proceso no es fácil para nadie. Y no mencioné la transición de mujer a hombre, que es mucho más complicada. Implica una cirugía abdominal previa para resecar útero y ovarios, mastectomía bilateral, una faloplastia con un colgajo de piel y tejido del antebrazo, escrotoplastia, injerto de vello púbico en el área genital y etc..

 

Las personas transgénero tienen altos índices de depresión, ansiedad y suicidios, por la discriminación y el acoso al que están sometidos. Sobretodo los adolescentes. La “Cirugía de reasignación de sexo” es considerada como parte del tratamiento integral para abordar la disforia de género. Respeto la decisión individual de un adulto para someterse a estas intervenciones, pero no estoy de acuerdo con su uso en adolescentes. Su práctica en esa población está aprobada en la mayoría de los estados en USA, aunque predomina en los estados “liberales”.  No es la única solución para el riesgo de suicidio. Hay terapias psicológicas, hormonales y apoyo social, hasta alcanzar la mayoría de edad. Son procedimientos mutilantes que una vez hechos no tienen marcha atrás. Ah, y las tasas de suicidios siguen siendo altas en la población operada…

 

Algunos fragmentos y correspondencia de Lili Elbe fueron recopilados en el libro “De hombre a mujer”, editado por Ernst Hathorn en 1933. David Ebershoff se inspiró en esa obra para escribir la historia de Lili en una novela, “La chica danesa”, bestseller del año 2001. Con el mismo nombre, fue llevada al cine en el 2015. Está en Prime Video…

 

Magnus Hirschfeld, el doctor de Lili nació en Alemania el 14 de mayo de 1868. Era judío, médico, investigador, homosexual, y el padre de la sexología. Creó en su país el Comité Científico Humanitario para la defensa de los derechos LGBT. Postuló por primera vez “la teoría de los intermedios sexuales” en donde incluía las distintas identidades de género y las variantes de orientación sexual. Reunió 5 mil firmas, incluída la de Einstein, en una campaña pública para despenalizar las relaciones entre hombres. “Esta gente actúa de acuerdo con su naturaleza, no contra ella”. Enemigo público número uno del nazismo. Su instituto en Berlín fue saqueado y vandalizado en 1933. Murió escapado, en París, en 1935.

 

Hoy en día hay 67 países en donde la homosexualidad es ilegal. Son la mayoría de los países africanos, todos los países árabes y en los países asiáticos de mayoría musulmana. Bielorrusia es el único país europeo que la prohíbe. Guyana, Jamaica y Barbados entre otras, en el Caribe. En Irán, Arabia Saudita, Yemen, Sudán y Mauritania se castiga con la pena de muerte según la ley “Sharia”. El movimiento de izquierda “progresista” mundial protesta porque en muchos lugares públicos no izan la bandera arcoíris LGBTQ+, pero apoyan a Hamás que cuelga a los homosexuales del tope de las grúas…

 

En la Venezuela tropical de estos tiempos, imponen un lenguaje inclusivo que no incluye a la comunidad LGBTQ+. No se permite a los “Trans” cambiar de nombre. La homofobia es un recurso de descalificación política. Nicolás Maduro, jefe del gobierno, llamó públicamente, a Henrique Capriles, uno de sus principales rivales opositores, “Capriloca”, “Caprichito” y “mariconsón”. En una campaña electoral, en un mitin, le dijo, “responde homosexual”, “yo sí tengo mujer, ¿oyeron? “. “Me gustan las mujeres y aquí la tengo”. “Que bueno es un beso de una mujer”. Son pequeños ejemplos…

 

El psicólogo Drew Curtis de la Universidad estatal Angelo en Texas dijo en relación al fenómeno de Santos, “los humanos tienden a disfrutar historias exageradas lo que ayuda a reforzar las mentiras y es nuestra culpa relacionarnos con mentirosos patológicos”.  En Venezuela tuvimos a un farsante que engañó por años a todo el país. Edmundo Chirinos fue médico, psicólogo, profesor universitario, director de escuela y rector de la UCV, forjador de opinión pública, psiquiatra de dos presidentes en ejercicio y candidato presidencial. Terminó siendo un violador en serie y asesino confeso. Murió preso.

 

La página de George Santos en Wikipedia es una de las más largas que me ha tocado leer en los últimos años. Se merece su documental.

 

 

Alberto Salinas, Cirujano en libre retiro 

En Miami, 20 de febrero del 2024

 

PD: A los venezolanos de mi generación y mayores les pregunto ¿cuántas “negritas” del Carnaval de Caracas que se levantaron eran travestis?

 

 


Comments

Popular posts from this blog

El Bachiller Rangel y la política de las pestes

Minicrónica mayamera de la cuarta edad, el “reto”…

Minicrónica mayamera de la cuarta edad, “los epitafios”…